Hoy, a las 21:00, tengo una cita con el televisor porque juega la selección y todavía no he comentado nada de su primer partido de la Eurocopa. Sólo espero una cosa, disfrutar tanto o incluso más que el lunes. Y es que hacía mucho tiempo que no gozaba al ver el juego de España porque, sinceramente, me aburría verles jugar, dormían a cualquiera que les prestara un poquito de atención.
Pero esta vez no ha sido así. Creo que no han aburrido a nadie, aunque tengo que decir que los chicos de Del Bosque empezaron flojos, sin presión, jugando lejos de la portería contraria y sin chutar a puerta, algo que era habitual en los últimos partidos y en la actuación del desastroso Mundial de 2014 del que fuimos como campeones del mundo y volvimos con la cola entre las patas.
No obstante, parece que resurgieron de sus cenizas como el ave fénix porque a medida que pasaban los minutos se hizo amo y dueño del balón, del campo y del partido. De Gea pasó a ser un espectador más del partido porque encerramos a la República Checa en su propio campo, impidiéndoles crear jugadas peligrosas en las inmediaciones de España.
Todo estaba controlado, salvo la puntería de los nuestros que no atinaban ni de bolea, ni de un zurdazo, ni de chilena. El lunes no era el día de nuestros delanteros, aunque no tengo nada que recriminarles porque intentar, lo intentaron, pero no hubo manera de meter la pelotita en la portería de Cech, que en mi opinión fue el mejor de su equipo. Además, en un equipo hay más jugadores, todos participan, y si tu marcas yo defiendo. Hoy por ti y mañana por mí.
El gol in extremis, y nunca mejor dicho porque hasta los últimos minutos el muro que crearon los checos era inescrutable, fue obra del jugador más polémico de España, Piqué. Éste, con su cabecita loca, nos brindó los tres puntos, unos puntos para empezar con un buen sabor de boca y no como en las competiciones anteriores en donde los puntos se nos escapaban como arena entre los dedos.
La actuación de España, a vistas de los últimos partidos, podía haber sido mucho más catastrófica, pero afortunadamente, no ha sido así. Parece que han escuchado mis plegarias y me han hecho caso a la hora de utilizar las bandas para abrir el juego y no concentrarlo en el medio, haciendo que sea más fluido y entretenido para el espectador.
En cuanto a los jugadores, es imposible destacar a uno, pero si tendría que hacerlo destacaría, como no, a Iniesta, a nuestro Oliver Atton, que una vez más hizo magia con los pies. Además fue el que asistió a Piqué con un gran centro. La sorpresa será el día en el que el de Fuentealbilla no destaque, aunque hay que decir que no está en el once de la jornada y otros jugadores que no hicieron absolutamente nada, sí. Pero, bueno, haya ellos con sus conciencias.
Otra cosa que quiero decir, pero ahora como seguidora del Athletic, es que la intervención de Aduriz fue muy positiva ya que cuando salió fijó la posición de los centrales dejando huecos por donde irrumpían los jugadores españoles. También su intento de chilena fue sublime; el golpeo fue perfecto, lástima que el balón se fuese desviado porque si hubiera entrado hubiera sido uno de los goles del campeonato.
En general, la primera jornada de la Eurocopa nos ha dejado con que los favoritos están teniendo dificultades para ganar, como es el caso de Francia, de Alemania o de España. Me ha sorprendido mucho Italia que, a pesar de despertarse un poco tarde, acabó ganando y eso que le faltan jugadores importantes como Pirlo, y todos sabemos lo que cuesta desprenderse de las leyendas. Otra grande sorpresa fue la derrota de Austria ante Hungría pues los austriacos partían como favoritos, si bien Hungría volvía 44 años después y eso, quieras o no, motiva mucho. Y el sorpresón de la semana fue el empate entre Portugal e Islandia, pues los lusos eran los favoritos para vencer, y más tras saber que sólo hay 100 futbolistas profesionales en la isla nórdica. Pero, claro, no puedes depender de un jugador, y los portugueses buscaban constantemente a su referente, Ronaldo, que hizo en mi opinión un partido nefasto tirando una vez a puerta en todo el partido. ¡Así no debería actuar un Balón de Oro! Islandia, desde mi criterio, se mereció algo más.
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