martes, 28 de junio de 2016

Demasiada azzurra para tan poca España

Se acabó. Se acabó la lucha por un título nuevo. Se acabó la posibilidad de revalidar el título conseguido en 2012. Se acabó la época dorada de España. Se acabó de la peor manera posible, con el peor juego, pero, eso sí, contra una gran rival como es Italia.
La azzurra fue mejor en todos los aspectos, estuvo perfecta, y es que seleccionador Conte preparó este partido como una final, porque lo era. Quien ganara estaría más cerca del título, quien perdiera, en cambio, se quedaría sin premio y volvería para casa. Y además, se quitaba del medio a una posible favorita.
El seleccionador italiano sabía contra quien jugaba y quería vengarse de ellos. Quería resarcirse de la final perdida en 2012, de la eliminación de Italia en cuartos, de no ganar a España desde julio de 1994, y es así como motivo y preparó a sus chicos, con eso en la mente. Porque no ganar a España en más de 20 años es mucho tiempo, y más sabiendo que ambas selecciones se ven en todas las competiciones.
Ver al míster de la azzurra dirigir el partido fue un auténtico show, incluso me recordó a Emery o al Cholo Simeone en estado puro. Desde el segundo uno estaba de pie, mandando a sus jugadores, chillándoles para que presionasen arriba, para que no bajasen la intensidad, para que apretasen y así no dejarnos dominar y hacer nuestro juego. Estuvo muy metido en el partido, concentrado, quejándose de las faltas, y eso se lo transmitió a sus jugadores, porque lo que se veía en el área técnica también se podía contemplar en el terreno de juego. Toda Italia estaba al 100%. Conte consiguió todo lo que se propuso, hizo que España no supiese jugar al fútbol. Fue un repaso absoluto de Italia.
Lo de ayer nos hace ver que nos falta garra, coraje, ganas de luchar, y nos sobra soberbia y la confianza de creer que hagamos lo que hagamos pasaremos. En octavos hay que ir con mentalidad ganadora, hay que pensar que vamos a pasar al contrario por encima, hay que jugar de diez, ser perfectos en todo, y ayer vimos que suspendimos.
España no presionó, no generó ocasiones de gol, no llevó peligro en ninguna jugada, no le duraba el balón. España tuvo muchas imprecisiones, erró en el pase, jugó al patadón, andando y con lentitud. España sólo tenía ojos para jugar por el centro y no abrir a banda. España no sabía a qué jugaba.
Si hay que destacar algo de la selección yo destacaría dos cosas. Primero, las paradas de De Gea, porque sin sus reflejos y estiramientos nos habrían goleado como lo hizo Holanda en el mundial de Brasil. Segundo, el debut de Lucas, quien le dio otro ritmo al partido, otra chispa porque se empezaron a usar más las bandas, se llegaba más a portería y corrieron más. Este jugador hizo que España le metiese otra velocidad al encuentro, que cambiase el trote por el galope. Lástima que fue demasiado tarde. Lástima que Del Bosque no se diese cuenta antes.
El primer culpable para mí de todo lo ocurrido es el seleccionador, ese que consiguió el triplete histórico que ninguna selección del mundo tiene. Él es quien ha llevado a España a esta decadencia porque está obcecado en mantener a los mismos jugadores en la lista en vez de dar una oportunidad a los jóvenes o a los que han hecho una gran temporada. Sus preferencias han castigado la ilusión de mucha gente. Del Bosque está empecinado en que jueguen siempre los mismos aunque hagan un mal partido o pierdan. No ve que no juegan a nada, que aburren, que son lentos, que no juegan por banda, y aunque lo vea, no les dice nada. Es más, se queda sentado en el banquillo sin motivarles, sin transmitirles que sean más intensos, sin decirles que pongan la teoría en práctica.
Pero no todo ha sido su culpa. Los jugadores también son responsables porque no dan lo mejor que tienen, porque no ven sus errores, porque juegan sin ganas, o por lo menos, eso es lo que transmiten. No ven que su sistema de juega está obsoleto ya, que los contrarios saben cómo juegan, saben hacia dónde va dirigido el pase.
Ambos son los responsables de esta caída. Por eso, ya es hora de que cedáis vuestro sitio a otra persona que tenga lo que hay que tener para levantar al equipo. Ya es hora de que España se regenere para volver a competir y llegar a lo más alto del pódium.

lunes, 27 de junio de 2016

Perdió el cambio

Ayer me fui a la cama desilusionada, frustrada y, sobre todo, decepcionada. No entiendo la victoria del Partido Popular en estas elecciones, ni tampoco que haya aumentado sus escaños respecto a las anteriores.
Ganó el partido de la corrupción, el partido de «Luis, sé fuerte», el partido de la amnistía fiscal que tantos millones nos ha costado a los españoles. Ganó el partido que no castiga como se merece al que la hace, pero si al que la hace por sobrevivir en esta sociedad cada vez más desigual, al que lucha por la igualdad y se reivindica. Ganó el partido que obliga a jóvenes y parados salir de sus casas e irse a otro país para buscar un trabajo que tenga algo que ver con su formación. Ganó el partido de los recortes en sanidad y en educación, de la subida de impuestos, de las privatizaciones, de la LOMCE. Ganó la hipocresía y la mentira. Ganaron los ricos. Perdió el pueblo, esa mayoría de personas que están cansadas y hartas de esta situación porque no ven la luz al final del túnel. Y es que perdió el cambio.
Nos hacen creer que nos estamos recuperando, que el paro está bajando, que las reformas impuestas desde Bruselas han dado sus frutos, y no es así. Se está creando empleo, sí, pero ¿qué clase de empleo? Precario, con condiciones que no son dignas y con contratos temporales. La consecuencia de esto es que ahora la gente vive para el trabajo porque el sueldo que gana no le llega para vivir.
También alardea de que la sanidad española es la mejor, de eso no me cabe duda, pero recortó y privatizada, aún sabiendo que todo el mundo iba a estar en contra de ello. Lo mismo sucedió en educación. Los estudiantes se manifestaron porque es injusto que ahora hayan menos becas que antes, es algo ilógico porque ahora es cuando más las necesitan. Muchos jóvenes han dejado de estudiar porque no se lo pueden permitir, no tienen con que pagarlo y encima no les dan beca. Estudiar se ha convertido en algo que solo pueden disfrutar los privilegiados y no todo el mundo, algo que choca con lo que dice la Constitución Española.
Asimismo, cuando se habla de la deuda que tiene España con la Unión Europea, dice que jamás hemos sido rescatados, que Europa no nos ha inyectado dinero. ¡Mentira! Nos ha endeudado más de lo que estábamos porque sí que pidió el rescate, y lo mejor de todo es que criticaron a Zapatero cuando estaban en la oposición y casi lo pide. Y lo que me enfurece más es que utilizó las ayudas públicas para rescatar a las entidades bancarias y pagar las deudas privadas, en vez de invertirlas en educación, sanidad y en ayudar a los más necesitados. Ha empleado el dinero de todos los españoles, el tuyo, el mío, el del vecino, en ayudar a los bancos, los mismo bancos que no conceden créditos.
Pero si te digo la verdad, hay otra cosa que me preocupa: la hucha de las pensiones. Es el partido que la ha vaciado, que ha invertido parte del dinero de las pensiones en comprar su propia deuda pública. ¿Qué les deparará a los futuros pensionistas? ¿Qué nos deparará a los jóvenes?
Ayer era un día importante para luchar por el cambio y lo único que hemos demostrado es que somos, como dice mi padre, unos borregos, unos masoquistas. ¡Parece que nos gusta sufrir! No aprendemos de nuestros errores, seguimos creyéndonos sus mentiras, y lo peor de todo es que se está perdiendo la esperanza en este país y en el cambio porque no llega. Y nunca va a llegar si seguimos así, votando a la austeridad, a los recortes, a la precariedad.
Ayer premiamos al robo, a la falsedad, a la evasión de impuestos, a las cuentas de Suiza y Panamá. Ayer, por miedo o por lo que fuera, no le dimos una oportunidad al cambio, y eso me entristece.

miércoles, 22 de junio de 2016

Derrota justa

Horrible. Ho-rri-ble. Así ha sido el último partido de la selección española en fase de grupos. Queríamos conseguir el pleno en victorias y al final hemos encajado una derrota, una derrota que nos hace recordar a aquel equipo de Brasil. ¿Se han agotado las buenas sensaciones? ¿Volvemos a las andadas? Esperemos que no.
Y es que España no ha podido jugar peor. Iniesta estaba desaparecido y con él, su magia; Nolito estaba impreciso en las jugadas; Busquets perdía balones o daba pases erróneos; Fábregas no me gustó nada, al igual que De Gea que estuvo muy mal, despistado y transmitiendo inseguridad; Ramos estuvo muy lento en las contras de Croacia y falló un penalti que podía haber cambiado el partido; y los laterales, Alba y Juanfran, no tuvieron la presencia habitual en ataque. Los únicos que se salvan son Morata, por su perseverancia y su gol; Silva porque estuvo mucho mejor que el anterior partido; y Piqué porque hizo otro partido perfecto. ¿Quién nos iba a decir que el jugador más polémico iba a ser de lo mejor de España?
Desde el comienzo estuvimos especulando con el empate, hasta que nos encontramos con el primer gol de casualidad, porque buscar, no lo buscamos, pero llegó. La primera y con acierto. También estuvimos sin intensidad, sin presionar, esperando atrás, viendo como Croacia nos encerraba en nuestro campo o nos creaba ocasiones de peligro. Y así no se puede jugar un partido que tiene como premio quedar primeros de grupo.
El fútbol hizo justicia, y sobre el campo el mejor fue Croacia. Los croatas no bajaron los brazos en ningún momento tras nuestro gol, y eso que algunos de sus jugadores más importantes no fueron titulares, es que ni jugaron. Arriesgaron, apretaron y nos marcaron dos goles en los últimos minutos de ambas partes dejándonos abatidos, estáticos y sin confianza. Porque las sensaciones ya no serán las mismas, y es que ahora hay que ir con pies de plomo, sobre todo, después de saber que en octavos nos toca Italia y que en cuartos, si pasamos, podría estar Alemania buscando venganza.
Por su parte, Del Bosque no estuvo muy lúcido. Vale que vaya bien el once titular del primer partido, vale que en el último partido ganásemos 3-0, pero no pongas a los mismos en este sabiendo que estás en octavos. Dales descanso porque lo necesitaban y prueba un once nuevo, poniendo de titulares a los menos habituales porque hubieran dado la cara igualmente, hubieran aprovechado la oportunidad que se les brinda, hubieran apretado más. Incluso podrían haber jugado mejor y ganar el partido. Hubiera servido para ver algo diferente y no siempre lo mismo. Y si pierden, lo hubiesen hecho con la cabeza bien alta sabiendo que por lo menos lo han intentado y la afición lo sabría. Pero no, parece que no le gusta hacer cambios, que lo que va bien no se toca.
En general, la última jornada de fase de grupos nos ha dejado con varias sorpresas, porque ¿quién pensaba que Portugal, que lo tenía complicado, iba a pasar a octavos? ¿Quién creía que Gales pasaría como primera de grupo quitándole el puesto a Inglaterra? Nadie. Sabíamos que Francia e Italia estaban ya clasificadas, pero su último partido no ha sido para tirar cohetes, un empate y una derrota respectivamente, dejando dudas en el aire. Dudas que también ha generado Alemania porque ha empatado con Polonia a puntos, pudiendo haber sido segunda de grupo (la diferencia de goles es lo que tiene). Pero lo más sorprendente de todo ha sido el pase de selecciones como Islandia, Irlanda, Irlanda del Norte y Hungría a octavos, así como la eliminación de la Suecia de Ibrahimovic. ¿Quién nos lo iba a decir?

sábado, 18 de junio de 2016

A octavos con mejor puntería


España se aseguró contra Turquía el pase a octavos en un partido que para nada fue para tirar cohetes, es más, me arriesgaría a decir que estuvieron peor que contra los checos. Vale que ganaron 3-0, que fueron el primer equipo en marcar más de dos goles en la Eurocopa, que fueron superiores a los turcos, pero el partido estuvo lleno de imprecisiones, imprecisiones que, verdaderamente, me sorprendieron.
Sergio Ramos, el capitán, no estuvo bien, sobre todo al comienzo del partido en donde un error suyo casi deja solo a un turco, algo que le acabó costando la amarilla y que le condicionó durante todo el partido. Tampoco estuvo fino el guía de la selección Busquets pues su partido estuvo, en gran parte, lleno de pases erróneos. No obstante, la somnolencia de los turcos y el ritmo de los de Del Bosque hizo que pasásemos por alto esos fallos pocos comunes en alguien como él.
Asimismo, Silva no tuvo su mejor día. El canario lleva mucho tiempo sin brillar y eso preocupa, por lo menos a la gente que creemos que no atinó a la hora de dar el último pase. Quiebro por aquí, quiebro por allá, hizo lo que no tenía que haber hecho: dar un pase hacia atrás. Marea mucho la pelota, y eso no me gusta nada. Lleva el peligro en sus botas pero no acaba de aprovecharlo, y el primer damnificado es él, sus compañeros y la selección.
Otro que estuvo desaparecido porque tenía a un turco siempre encima, desde mi punto de vista, fue Iniesta, aunque luego la UEFA le nombró el mejor jugador del partido. Y es que ver su manejo del balón, su clase, la magia que hace con los pies es alucinante y hay que premiarlo. El de Fuentealbilla aparecía en jugadas concretas, pero eso sí, siempre en las peligrosas, haciendo lo que mejor sabe hacer: guardar el balón y esperar el momento exacto para dar el pase; quizás por eso le eligieron como el mejor.
De los demás, tengo que decir que estuvieron en su línea, pero sí que es cierto que señalaría a cuatro de ellos. A De Gea porque ha vuelto a ser un espectador más del partido, por lo que, si cada vez que juega él ocurre lo mismo, bienvenido sea su titularidad. A Piqué porque ha hecho un partido perfecto, sin ningún fallo, transmitiendo seguridad a sus compañeros y a la afición. A Morata, el nueve de España, porque, además de ser generoso defendiendo, al final marcó, y no sólo uno; dos de los tres goles llevan su nombre, algo que nos hace pensar que la mala racha goleadora de los delanteros se ha acabado. Y más después de que Nolito, otro de los delanteros y el último de los destacados, también marcase su primer gol en esta Eurocopa. Del jugador del Celta quiero recalcar también sus ganas, su ambición y su asistencia en el primer gol de Morata y de España (que fue muy parecido al gol contra la República Checa).
Por otro lado, esta jornada ha sido la de los goles en los últimos minutos. El ejemplo de esto es Inglaterra, que le marcó Gales en el minuto 92 para llevarse los tres puntos, y la República Checa, la cual también marcó en el tiempo de descuento para llevarse un puntito que le deja seguir soñando.
Asimismo, nos ha dejado con el pase a octavos de Italia y de Francia y con el empate de los campeones del mundo, Alemania, contra Polonia, una sorpresa la verdad. Aunque la sorpresa me la he vuelto a llevar con Islandia. Vaya vaya con los islandeses, que de nuevo han empatado, esta vez con Hungría y por un gol en propia puerta en los últimos minutos. Podrían haber ganado. ¡Lástima! Pero de los errores se aprende.
Los que no ganaron fueron los portugueses, y eso que ocasiones de gol no le faltaron. Alrededor de 20 tiros a portería y ni una va dentro, ni de penalti marcan. Ronaldo desaprovechó la pena máxima, falló el penalti que le podría haber dado la primera victoria al equipo luso en la Eurocopa. Portugal está en una situación complicada porque puede quedar fuera de la competición, y eso sería catastrófico, sobre todo, para los que pensábamos que eran los favoritos del grupo.
¿Quiénes pasarán? ¡Hagan sus apuestas!

viernes, 17 de junio de 2016

España comienza con buen pie

Hoy, a las 21:00, tengo una cita con el televisor porque juega la selección y todavía no he comentado nada de su primer partido de la Eurocopa. Sólo espero una cosa, disfrutar tanto o incluso más que el lunes. Y es que hacía mucho tiempo que no gozaba al ver el juego de España porque, sinceramente, me aburría verles jugar, dormían a cualquiera que les prestara un poquito de atención.
Pero esta vez no ha sido así. Creo que no han aburrido a nadie, aunque tengo que decir que los chicos de Del Bosque empezaron flojos, sin presión, jugando lejos de la portería contraria y sin chutar a puerta, algo que era habitual en los últimos partidos y en la actuación del desastroso Mundial de 2014 del que fuimos como campeones del mundo y volvimos con la cola entre las patas.
No obstante, parece que resurgieron de sus cenizas como el ave fénix porque a medida que pasaban los minutos se hizo amo y dueño del balón, del campo y del partido. De Gea pasó a ser un espectador más del partido porque encerramos a la República Checa en su propio campo, impidiéndoles crear jugadas peligrosas en las inmediaciones de España.
Todo estaba controlado, salvo la puntería de los nuestros que no atinaban ni de bolea, ni de un zurdazo, ni de chilena. El lunes no era el día de nuestros delanteros, aunque no tengo nada que recriminarles porque intentar, lo intentaron, pero no hubo manera de meter la pelotita en la portería de Cech, que en mi opinión fue el mejor de su equipo. Además, en un equipo hay más jugadores, todos participan, y si tu marcas yo defiendo. Hoy por ti y mañana por mí.
El gol in extremis, y nunca mejor dicho porque hasta los últimos minutos el muro que crearon los checos era inescrutable, fue obra del jugador más polémico de España, Piqué. Éste, con su cabecita loca, nos brindó los tres puntos, unos puntos para empezar con un buen sabor de boca y no como en las competiciones anteriores en donde los puntos se nos escapaban como arena entre los dedos.
La actuación de España, a vistas de los últimos partidos, podía haber sido mucho más catastrófica, pero afortunadamente, no ha sido así. Parece que han escuchado mis plegarias y me han hecho caso a la hora de utilizar las bandas para abrir el juego y no concentrarlo en el medio, haciendo que sea más fluido y entretenido para el espectador.
En cuanto a los jugadores, es imposible destacar a uno, pero si tendría que hacerlo destacaría, como no, a Iniesta, a nuestro Oliver Atton, que una vez más hizo magia con los pies. Además fue el que asistió a Piqué con un gran centro. La sorpresa será el día en el que el de Fuentealbilla no destaque, aunque hay que decir que no está en el once de la jornada y otros jugadores que no hicieron absolutamente nada, sí. Pero, bueno, haya ellos con sus conciencias.
Otra cosa que quiero decir, pero ahora como seguidora del Athletic, es que la intervención de Aduriz fue muy positiva ya que cuando salió fijó la posición de los centrales dejando huecos por donde irrumpían los jugadores españoles. También su intento de chilena fue sublime; el golpeo fue perfecto, lástima que el balón se fuese desviado porque si hubiera entrado hubiera sido uno de los goles del campeonato.
En general, la primera jornada de la Eurocopa nos ha dejado con que los favoritos están teniendo dificultades para ganar, como es el caso de Francia, de Alemania o de España. Me ha sorprendido mucho Italia que, a pesar de despertarse un poco tarde, acabó ganando y eso que le faltan jugadores importantes como Pirlo, y todos sabemos lo que cuesta desprenderse de las leyendas. Otra grande sorpresa fue la derrota de Austria ante Hungría pues los austriacos partían como favoritos, si bien Hungría volvía 44 años después y eso, quieras o no, motiva mucho. Y el sorpresón de la semana fue el empate entre Portugal e Islandia, pues los lusos eran los favoritos para vencer, y más tras saber que sólo hay 100 futbolistas profesionales en la isla nórdica. Pero, claro, no puedes depender de un jugador, y los portugueses buscaban constantemente a su referente, Ronaldo, que hizo en mi opinión un partido nefasto tirando una vez a puerta en todo el partido. ¡Así no debería actuar un Balón de Oro! Islandia, desde mi criterio, se mereció algo más.

domingo, 12 de junio de 2016

El significado del deporte

No entiendo, no entiendo que pasa por la cabeza de los ingleses o de los rusos para hacer semejante barbarie. Estas imágenes, y sobre todo los responsables de esta salvajada, me repugnan, me defraudan, me dan lastima. La Eurocopa, en vez de ser una fiesta que reúne a personas de diferentes países festejando el triunfo de sus equipos, se ha convertido en una batalla campal entre aficiones en donde el fútbol pasa a un segundo plano.
Este tipo de gente son los que manchan el nombre del fútbol, del deporte en general. El deporte no tiene que incitar a la violencia, como ha ocurrido en Marsella con los hooligans y los ultras rusos, el deporte tiene que unir, unir a gente que comparte la misma pasión, la misma ilusión. El deporte tiene que hacer la paz y no la guerra, tiene que ser un ejemplo de respeto y tolerancia, y más cuando el lugar de celebración ha sido víctima de atentados terroristas.
Dejemos las bengalas, las diferencias, los puños, las patadas, las sillas de lado y disfrutemos de este evento que sólo se celebra cada cuatro años.