Horrible. Ho-rri-ble. Así ha sido el último partido de la selección española en fase de grupos. Queríamos conseguir el pleno en victorias y al final hemos encajado una derrota, una derrota que nos hace recordar a aquel equipo de Brasil. ¿Se han agotado las buenas sensaciones? ¿Volvemos a las andadas? Esperemos que no.
Y es que España no ha podido jugar peor. Iniesta estaba desaparecido y con él, su magia; Nolito estaba impreciso en las jugadas; Busquets perdía balones o daba pases erróneos; Fábregas no me gustó nada, al igual que De Gea que estuvo muy mal, despistado y transmitiendo inseguridad; Ramos estuvo muy lento en las contras de Croacia y falló un penalti que podía haber cambiado el partido; y los laterales, Alba y Juanfran, no tuvieron la presencia habitual en ataque.
Los únicos que se salvan son Morata, por su perseverancia y su gol; Silva porque estuvo mucho mejor que el anterior partido; y Piqué porque hizo otro partido perfecto. ¿Quién nos iba a decir que el jugador más polémico iba a ser de lo mejor de España?

Desde el comienzo estuvimos especulando con el empate, hasta que nos encontramos con el primer gol de casualidad, porque buscar, no lo buscamos, pero llegó. La primera y con acierto. También estuvimos sin intensidad, sin presionar, esperando atrás, viendo como Croacia nos encerraba en nuestro campo o nos creaba ocasiones de peligro. Y así no se puede jugar un partido que tiene como premio quedar primeros de grupo.
El fútbol hizo justicia, y sobre el campo el mejor fue Croacia. Los croatas no bajaron los brazos en ningún momento tras nuestro gol, y eso que algunos de sus jugadores más importantes no fueron titulares, es que ni jugaron. Arriesgaron, apretaron y nos marcaron dos goles en los últimos minutos de ambas partes dejándonos abatidos, estáticos y sin confianza. Porque las sensaciones ya no serán las mismas, y es que ahora hay que ir con pies de plomo, sobre todo, después de saber que en octavos nos toca Italia y que en cuartos, si pasamos, podría estar Alemania buscando venganza.

En general, la última jornada de fase de grupos nos ha dejado con varias sorpresas, porque ¿quién pensaba que Portugal, que lo tenía complicado, iba a pasar a octavos? ¿Quién creía que Gales pasaría como primera de grupo quitándole el puesto a Inglaterra? Nadie. Sabíamos que Francia e Italia estaban ya clasificadas, pero su último partido no ha sido para tirar cohetes, un empate y una derrota respectivamente, dejando dudas en el aire. Dudas que también ha generado Alemania porque ha empatado con Polonia a puntos, pudiendo haber sido segunda de grupo (la diferencia de goles es lo que tiene). Pero lo más sorprendente de todo ha sido el pase de selecciones como Islandia, Irlanda, Irlanda del Norte y Hungría a octavos, así como la eliminación de la Suecia de Ibrahimovic. ¿Quién nos lo iba a decir?
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